sábado, 28 de junio de 2008

Una llamada al corazón

Hoy, un paciente nuevo con una vida muy exitosa transitando una enfermedad invalidante me decía que, cuando comenzó, tomaba a su dolencia y a mí (porque yo “no le dejaba pasar una”) como una competencia que tenía que ganar.

Esa actitud era, entre otras cosas, lo que lo había llevado al estado en que estaba y, de pronto, se dio cuenta de esto y de que yo no estaba ahí para vencerlo a él ni a la enfermedad. Le dije “yo estoy para sostener el espacio de tu sanación, para darte una nueva visión y herramientas que te ayuden a lograrlo, no para darte respuestas ni para que dependas de mí. No estoy por encima de vos ni me las sé todas: sos mi espejo. Algo de lo que traés a la terapia ya lo tengo solucionado y te beneficiás con ello; otros asuntos los estoy trabajando y al reflexionar con vos sobre eso me beneficio a mí misma. Es un ida y vuelta. Es un ganar/ganar. Es la Vida: ni dependencia ni independencia, sino interdependencia: nos ayudamos mutuamente a evolucionar”.

Se quedó en silencio un rato y luego me contestó que era la primera vez en mucho tiempo que algo lo había conmovido, le había llegado al corazón, porque él se había sentido una rata, una porquería, alguien inservible por el estado en que estaba y se daba cuenta de que podía seguir siendo útil. Que podía dar y recibir. Los ojos se le iluminaron, me dio las gracias y me pidió que lo abrazara.

En momentos como estos, en que las almas se conectan desde la Luz, es que reafirmo mi gratitud y mi aprecio por ser quién soy, por estar aquí y por hacer lo que hago. Todos podríamos tener estos momentos porque está en el diseño divino esta posibilidad. Si no la encontraste, búscala en tu corazón.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Leo,siento, observo,r-e-s-p-i-r-o,
despacito...profundo,agradeciéndote toda LA LUZ que transmites y suavemente decido reiventar mi mirada y empezar a sentir que todo cambia en mí, en los demás, en mi vida, en el mundo .

Saluditos desde Asturias.Mariló