sábado, 16 de agosto de 2008

Miedo y anhelo de amor

He tenido una serie de insights muy poderosos estos días. He sido “forzada” a la soledad y la carencia, a fin de tomar plena conciencia de ciertos mandatos profundos que operan en mi vida. No es que no los conozca, es que se han presentado con tanta potencia que me dejé caer en ellos absolutamente, para afrontarlos y no huir. Igual, mi mente tiende a minimizarlos y seguir como antes, pero no la dejo. Me cuesta hacerlo.

He huido del amor, ya que, en mi infancia, amor era sinónimo de asfixia, maltrato, dominación, falta de libertad para ser y actuar como me surgía, enorme dolor por sentir que no era correspondida. No es que tuviera una vida miserable en realidad. Supongo que era un poco más difícil que la normal, nada más. Pero, era hipersensible y todo me dañaba, era como una esponja que captaba cualquier cosa sin realmente entender qué pasaba. Además, siempre tuve la “semilla estelar”, así que sentía y pensaba distinto a los demás, lo cual me hacía sentir rara.

Así, fui refugiándome en la intelectualidad y la espiritualidad, desapegándome de semejante emocionalismo y sufrimiento desbordados, tanto míos como de los otros. Ahora, el péndulo busca el equilibrio.

Anhelo el amor. No ese juego de poder que llamamos amor, sino ese que viene de ser totalmente yo. De aceptarme tal cual soy y de dejar que mis mejores expresiones actúen en mí. De saberme una Humana Divina. Al dejar caer todas las idealizaciones y permitirme pararme desnuda frente al espejo de mi alma, sólo queda el amor. El anhelo de dar y recibir amor. La conciencia de que sólo seré libre, abundante y creativa al vibrar en ese amor.

Me duele intensamente haberme cerrado tanto. Pero, ésa es la medida en que tanto he deseado y temido al amor, en que tanto he intuido su poder transformador y sanador. Poco a poco, he comprendido cómo se filtra entre mis palabras, en mis acciones, en mi vida, sin ser totalmente presente todavía. Le sigo teniendo miedo, tal es su potencia, porque sé que cambiará mi vida íntegramente y para siempre.

Sólo puedo sostener mi intención, en esta hermosa tarea de cada día de abrirme y dejarlo que surja. Porqué sé que soy amor. En algún momento, también lo sentiré y actuaré totalmente desde eso que soy.

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