lunes, 24 de noviembre de 2008

¿Material o espiritual?

A raíz de lo que había escrito sobre Inteligencia Sagrada, me puse a pensar en el significado del primer término. Busqué en el diccionario y apareció:

Inteligencia. (Del lat. intelligentĭa).
1. Capacidad de entender o comprender.
2. Capacidad de resolver problemas.
3. Conocimiento, comprensión, acto de entender.
4. Sentido en que se puede tomar una sentencia, un dicho o una expresión.
5. Habilidad, destreza y experiencia.
6. Sustancia puramente espiritual.

Me encantó esta última acepción, porque me pareció que la Inteligencia Sagrada es, justamente, una sustancia puramente espiritual… que nos puede ayudar para los otros cinco significados.

Cuando recién comienzo a trabajar con algunos pacientes, una de las cosas más difíciles de comprender es esta noción de que estamos inmersos en un mundo espiritual, en el cual la materia de la cual estamos hechos en esta dimensión es uno de sus componentes.

Esto incluye el cuerpo que tenemos y las cosas o entes vivos que nos rodean. Al estar engañados por nuestros ojos (que sólo perciben ciertas longitudes de onda), nos creemos separados, solos, desconectados. Lo más lamentable es que ni siquiera vivimos en el cuerpo, sino en una burbuja de pensamientos aledaña a nosotros (como en las historietas).

Como la religión ha demonizado lo corporal como sucio y pecaminoso y la sociedad actual lo ha divinizado como algo idealizado y externo, flotamos entre el rechazo y el deseo, sin apreciar la maravillosa obra de arte, arquitectura e ingeniería que es, sin escuchar sus mensajes que son la expresión de los niveles mentales y emocionales, sin disfrutar de los placeres de los sentidos… sin sacralizarlo.

Lo material y lo espiritual son lo mismo, son expresiones de la misma Fuente. Fragmentados, fluctuamos entre ambos, con culpa y confusión. ¿Gano dinero o hago servicio? ¿Soy bueno o malo? ¿Me pierdo en los apetitos del cuerpo o los reclamos del alma? ¿Estoy aquí o me ocupo del más allá? ¿Me divierto o medito? ¿Y qué tal si haces de lo cotidiano un espacio espiritual?

Deja de dividirte e intégrate. Comienza a ver tu vida como una experiencia sagrada, profundamente significativa, hermosa, plena de matices de toda clase, poderosa, concreta y sutil, prosaica y misteriosa. Eres el creador de una obra de arte, que puedes transformar en cualquier momento porque tienes el libre albedrío de hacerlo.

Esto es, quizás, lo que más cuesta comprender. Parece que el artista hizo una estatua de piedra y no puede modificarla. Te equivocas. Tú, maravilloso artista, alma experimentada, espíritu de luz, has concebido una calidoscópica obra, transmutable y bellísima, sólo que tus ojos todavía no pueden apreciarla en su esplendor. Entonces, decaes en la mediocridad y el padecimiento del engaño.

¿Temes sufrir al remover el pasado? ¿Y qué estás repitiendo sin cesar sino el dolor del pasado hecho presente sin esperanza de futuro? ¿Te crees poca cosa, insuficiente, un “pobre ser humano”? ¡Eres un magnífico ser humano, un ángel de luz disfrazado! ¿Tomarás el poder que tienes? ¿Brillarás para iluminarte e iluminar?

Esta Inteligencia Sagrada que nos abraza es un enorme campo de posibilidades en espera de que atraigamos lo que necesitamos. Cuando te pones objetivos (materiales/emocionales/espirituales/lo que sea) y eres constante confiando en su concreción, te conectas con cualquier persona/situación/lugar/estado que vibre en ese rango. No hay espacio/tiempo/lugar para él. Lanzas un deseo y el campo se activa para concretarlo. Es tan fácil como eso.

¡¿Por qué es tan difícil entonces??!! Porque te han “educado” para lo contrario. Lleva tiempo soltar las telarañas tejidas en tu mente, que te impiden aceptar la Realidad detrás de la realidad. Persevera. Persevero. Perseveremos. Estamos en el tiempo correcto. Ten paciencia. Ámate. Mírate al espejo y saluda a ese Ser de Luz que te mira: tú.

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