viernes, 26 de diciembre de 2008

Tiempo del corazón

He escrito muchas veces acerca de vivir el presente. Acostumbramos repetir el pasado en el hoy y, así, incrementado por el miedo a lo desconocido, continuarlo en el mañana.

La mayoría no toma conciencia de esto, atareados en sus corridas cotidianas. Cree que esas agendas completas, esa actividad frenética, ese tiempo lleno es sinónimo de vivir plenamente. Casi siempre es justamente lo contrario. Es, más bien, una huida de sí mismos, una postergación de una conexión con su interior, al que temen porque no conocen y no conocen porque no tienen tiempo. Es un círculo vicioso.

“Es una crisis de sentido. Lo que ha desaparecido es el tiempo significativo”, escribe Jacob Needleman. “Hemos aislado el tiempo del corazón del tiempo del mundo físico. Tratando de conquistar a la materia, hemos sido conquistados por ella. Somos objetos de un tiempo creado por nosotros y no sujetos del tiempo de la conciencia, del espíritu, del corazón. El tiempo del corazón no corre detrás de nada y un corazón tranquilo nunca es derrotado por el tiempo”.

Es una gran verdad. En el presente está contenido el pasado y el futuro, el presente es eterno, como el espíritu. En este sentido, se encuentran y el tiempo del corazón es el tiempo real. Como está dicho: “El tiempo es demasiado lento para aquellos que esperan, demasiado rápido para aquellos que temen, demasiado largo para aquellos que sufren, demasiado corto para aquellos que celebran, pero, para aquellos que aman, el tiempo es eterno. ”

martes, 23 de diciembre de 2008

¿Vives cargando la vida de otros?

Una de las características más notables de la Nueva Energía es el énfasis en la necesidad de asumir totalmente la responsabilidad por la propia vida. Esto implica muchísimas veces… dejar de hacerlo por la de los demás.

Diferenciando la compasión y el amor, encuentro que la mayoría de las personas hallan propósito, consuelo, distracción, culpa, gratificación, de todo un poco, en esto de tomar los asuntos de los otros en sus manos. Hace unos años, una mujer vino a terapia porque no daba más, aguantando estructuras que ya no eran soportables. Me dijo que lo hacía “por su hija”. Le dije que así no funcionaba la cosa, que tenía que hacer un cambio por ella misma. “Ah, no, si es por mí, yo me pego un tiro, a mí no me interesa nada, yo no valgo el esfuerzo”.

“Ya no sé qué hacer por él/ella” es otra frase repetida. Cuando les digo: “Nada, no hagas nada”, se sorprenden o, más aún, se escandalizan. Tienen que hacer algo: proporcionar dinero; hacer de niñera o mucama; escuchar quejas y lamentos continuos; atender en enfermedades; ocultar situaciones: esto es común en las mujeres con sus esposos con respecto a los hijos: “él no se tiene que enterar de esto porque se enfurecería o le daría un ataque cardíaco o lo que sea”, de esta forma no sólo se transforman en la que carga con los secretos sino también en la que tiene el control emocional de la familia.

No sé muy bien de adónde salió esta compulsión (seguramente algún mandato religioso), pero no sirve a nadie. En primer lugar, no sirve a quien pretendemos ayudar. Los volvemos débiles, necesitados, vagos, inseguros, aprovechados. Les sacamos la oportunidad de resolver por sí mismos lo que desean, de lo que son capaces, lo que saben, lo que son en definitiva. Nunca averiguan cuán fuertes, sensibles, motivados, inteligentes, creativos podrían ser. Y, varias veces, terminan resentidos por tanta ayuda: se sienten en una posición humillante, son los que “no pueden”.

¿Por qué no nos sirve a nosotros? Porque, al estar ocupados en los demás, no nos ocupamos verdaderamente de nosotros. Alimentamos las excusas perfectas: no tenemos tiempo, dinero, ganas. Por otro lado, eso nos coloca en una posición “superior”, somos los buenos, los que saben, los que ganan puntos en el Paraíso. Y algo fundamental: nos salva de sufrir. Si el otro no sufre porque le evitamos el sufrimiento, nosotros tampoco sufriremos. Es una ilusión, por supuesto. Esta construcción inconciente termina cayéndose e igual tenemos que vérnosla con lo que deseamos evitar.

Entonces, ¿por qué no cortar con esto ya? Primero, tenemos que tomar conciencia de este juego. Aunque tendemos a estar en una u otra posición (somos los dadores o los recibidores), alternamos los dos de acuerdo a las personas o las situaciones. Una buena reflexión es: ¿qué obtenemos en una y otra variable?

Dije juego. Seguramente, leíste que vivimos jugando juegos, pero… ¿los conoces? Me pasa con algunos pacientes que, cuando comienzo a revelarlos, aparecen las resistencias, los enojos, las incredulidades. Es lindo leer acerca de ellos, pero no es tan lindo verlos en acción. Estamos tan identificados con ellos, tan apegados, que enseguida reaccionamos emocionalmente defendiéndonos o excusándonos. Sin embargo, tenemos que conocerlos para poder soltarlos y vivir plenamente. Si no eres feliz, si estás sufriendo en algún aspecto… ¡estás jugando un juego!

Otro aspecto es que nos encanta el drama. En realidad, no sabemos vivir sin la adicción al dolor, al sufrimiento, a la lucha, a los problemas. Así es “sentirnos vivos”. Cuando recién comencé a estudiar, me di cuenta de que no sentía el cuerpo a menos que me doliera o me molestara. No sabía lo que era simplemente estar en él, percibir las múltiples sensaciones y estímulos, disfrutar placenteramente, estar en paz. Ahí, concienticé que eso mismo me pasaba a nivel emocional y mental. Ocuparnos de los problemas de los otros (o sea, sumar a los propios) nos da suficiente combustible como para varias vidas de drama y dolor.

¿Sabes? Tienes que despertar del sueño de “pobre humano” y empoderarte como “humano divino”. Toma esto como el principal objetivo para el nuevo año. ¿Qué necesitas? Confiar en ti (en la parte divina de ti), que te abrirá los caminos. Tienes todas las herramientas que precisas. No hay nada más grande que tú. Deja de poner la mirada en el afuera y mira dentro de ti. Ocúpate de tu propia felicidad y creatividad y así contribuirás a las de los otros. Pon compasión en las interacciones de los demás, tanto como en las tuyas. Eres un ser maravilloso, digno de toda clase de abundancia. Dios te ha creado para expandir su amor y creación.

domingo, 21 de diciembre de 2008

Meditación

Hoy es el solsticio de verano (aquí) y de invierno (en el norte), es la detención del Sol. Además, se conmemora el Espíritu de la Navidad o la Navidad Mística.

Fui a una meditación de la Escuela Claridad. Recibo muchísimas invitaciones, pero no concurro a casi ninguna salvo que “algo” me resuene interiormente. Ésta lo hizo. Comenzó con una hermosísima música en vivo con Juan Ángel Moliterni y Ronnie Kesselman y una presentación de Geometría Sagrada, que ya me hizo comenzar a llorar al sintonizarme conmigo misma.

Luego, nos condujo a una meditación que me conectó con tantas imágenes, seres, geometrías, sensaciones, mensajes, que las lágrimas me corrían sin parar. Es tan maravilloso el Ser que somos… hay tanto amor disponible… tanta belleza… tanta paz y poder…

Fue un voto renovado de llevar mi Luz en cada paso, en cada palabra, en cada presencia, en cada mirada.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Tres deseos para estos tiempos

1. Hay un Dios y él habita en cada uno de ustedes, un Espíritu de comprensión universal para todos en la Tierra. No está dividido en facciones ni alienta a un lado de sí mismo o al otro. Está comenzando a ser comprendido como una verdad y llora por los que lo dividen. Por lo tanto: ¡Sepan que es así! Busquen lo divino en cada uno de ustedes, porque está ahí.

2. Concentren sus bendiciones y su interés por la paz en los que están sufriendo en este momento. Porque la energía de esto es potente y realmente puede cambiar lo que suceda en el futuro. Si una cantidad suficiente de ustedes lo hace, lo que están visualizando se manifestará exactamente así. Por lo tanto: ¡Envíen la sensación de bienestar a los que no tienen ninguna! El resultado es más grandioso que el que esperan.

3. Generen el sentimiento de compasión para el planeta y todos los que lo habitan. Véanlos como a una familia angustiada, pero que puede resolver sus diferencias con el tiempo. Por lo tanto: Creen compasión por la Humanidad, porque ésta es la energía que puede cambiar el futuro

Kryon

miércoles, 17 de diciembre de 2008

¿Con qué mirada mirás?

Hoy, vi en una revista una serie de fotos tomadas con ultra-microscopios. Seres infinitesimales, minúsculas partes de células, fenómenos instantáneos. Me quedé maravillada. Todavía no puedo creer la ilimitada riqueza y variedad de lo que nos rodea, desde lo micro hasta lo macro. Es inconcebible tanta multiplicidad y ¡belleza!, porque, además, son hermosísimas.

Cuando era chica y me quedaba embelesada mirando los paisajes de mi terruño natal (Diamante, Entre Ríos), el corazón se me salía afuera de la dicha. Me encendía de admiración, de regocijo, de plenitud, de amor, de poder, de… sentirme una con la Tierra. Me pasaba lo mismo cuando había grandes tormentas. Los demás me decían que se sentían pequeños o temerosos. Yo no lo entendía. Yo era parte de ello. Yo ERA ello.

Sin importar si es enorme o mínimo; del cielo, del suelo o del mar; de aquí o del más allá; mío o tuyo: es admirable, excitante, hermoso, increíble, profundo, potente, pleno de sentido y propósito, amable (digno de ser amado). ¿Te podés ver con esos ojos? Son los ojos de Dios.

martes, 16 de diciembre de 2008

Una oferta para este momento

Estamos llegando a fin de año… ¡tan pronto!! Es una sensación común: el tiempo es veloz (como diría David Lebón). Sientes la acumulación de situaciones estresantes y deseos incumplidos. Lo importante se pierde en lo banal, lo trascendente en lo urgente. Notas la repetición de los juegos neuróticos… pero hay que correr… porque el tiempo lo traga todo…

En esta ilusión colectiva, te pierdes de lo imprescindible: ¿haces lo que quieres?, ¿estás centrado y confiado en ti mismo?, ¿aprecias tus múltiples recursos?, ¿has liberado tu potencial?, ¿eres feliz?, ¿vives una espiritualidad integrada a tu existencia cotidiana?

¿No querrías contestarte estas preguntas positivamente o, por lo menos, comenzar a buscar tus respuestas? Estoy tan feliz con los progresos de mis pacientes (tanto en consultorio como por internet) que ardo en deseos de ayudarte a lograrlo. Me hace una enorme ilusión cada vez que alguien me consulta y todo mi ser se prepara para acompañarlo, para insuflarle un hálito de Luz. Me entusiasmo cuando se decide a empezar y me regocijo con cada avance… tanto como me entristezco cuando se deja seducir por las voces del ego y abandona la invitación de su alma para ir a su encuentro.

Como incentivo, te hago una propuesta: iníciate con los Libros Digitales ENCUENTRA TU VERDAD Y CREA TU VIDA. La inversión que tienen ahora incluye tres Tutorías. Como a algunos no les interesa o les supone un costo alto, te ofrezco solamente cada libro por un precio reducido:

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jueves, 11 de diciembre de 2008

Alegría

Escuché que la raíz de la palabra alegría es del francés aller (ir). Alegre sería una persona que no está “de vuelta”, que ya se las sabe todas, sino alguien con la inocencia y el júbilo del que inicia.

Me gustó este punto de vista. Me siento identificada con él. Como ariana, adoro los comienzos y me llenan de regocijo. El tema es continuar alegre cuando aparecen los inconvenientes o se dilatan las expectativas. Encontré que, en realidad, cada día es un inicio y que no hay inconvenientes para dilatar la dicha.

La vida comienza en cada respiración y es siempre alegre.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Saer o el fluir de la conciencia

"La luz matinal entra en la pieza como con un estridor ligero. Y llegan, vagos, incomprensibles por momentos, apagados, intermitentes, desde la playa, los gritos de los bañistas. El Gato abre los ojos: la fronda del árbol que intercepta la ventana está acribillada de luz solar. Y en medio de las hojas, en los intervalos que se abren a veces entre rama y rama, hay también, aparte de las manchas amarillas que se proyectan en las hojas y las ramas, un resplandor blanquecino, impreciso, del que se diría que es un último estado de la luz, diseminándose en medio de la más grande incandescencia, antes de desintegrarse por completo".

Este párrafo es de "Nadie nada nunca". He descubierto a Juan José Saer y estoy fascinada. Además de un gran novelista, me maravilla su descripción del fluir de la conciencia. Se diría que es absoluta y poéticamente zen. Especifica con una riqueza conmovedora los mínimos detalles de la conciencia: temperaturas, texturas, sensaciones, colores, imágenes continuas o discontinuas, focos y fondos, identidades en huida frente a la impermanencia de todo. ¿Ya comenté que lo adoro? Gracias, Saer.

¿Te sientes culpable?

Un tema recurrente en cualquier terapia o, más bien, en la vida es el tema de la culpa. Omnipresente en la cultura judeo-cristiana, implica una discordancia con algún sistema de valores personal o social. Es necesario hacer una distinción al respecto. Si la tomamos como algo positivo, es:

- Una señal para examinar nuestra conducta.
- Un análisis interno para detectar actitudes y acciones que nos hacen y hacen daño.
- Una oportunidad de aprender, solucionar, reparar, perdonar.
- Una toma de responsabilidad.

Se transforma en un problema mayor cuando es tóxica, neurótica, o sea, cuando es consecuencia de un sistema rígido de valores. El ego (en algún momento de la niñez o adolescencia, debido a traumas y/o influencias familiares o sociales) elabora una norma de “superioridad moral” al que debe someterse estrictamente. Por su propia rigidez, es una exigencia imposible de cumplir, que causa constantes choques entre la idealización pretendida y la realidad, ocasionando dolorosos conflictos. Es el continuo “deber” en cualquier situación: “yo debí hacer tal cosa”, “yo tengo que cumplir”.

Todo se polariza en lo bueno y lo malo (sin términos medios ni equilibrios) y la persona se transforma en un juez implacable de su propia conducta y la de los demás. En este último punto, paradójicamente, se termina creyendo responsable de la vida de los otros y sufriendo por lo que no puede ser o hacer por ellos, lo que, generalmente, hace que no se responsabilice de sí mismo. Así, magnifica exageradamente sus “defectos, fallas, errores, ausencias”, criticándose sin piedad por lo que debería ser o realizar, mientras su vida se hunde en la culpa.

¿Qué resultados trae esto? Primero, vive atada al pasado. Luego, se relaciona a través de ella: hay una cadena de “educación” de padres a hijos, un intercambio entre amigos y colegas. Hace experimentar una incómoda sensación sutil (a veces no tanto), un tironeo interior producto de frases como: “si no haces/hago esto, me voy a sentir mal”, “sólo deseo tu bien”, “no merezco tanto/nada”, “me sacrifico por tu bienestar”, “yo doy tanto por ti”, “eres lo más importante en mi vida y me respondes así”, “no soy suficiente”, “no pude hacer nada por cuidarte”, etc. Además, la persona no se hace responsable de su accionar y vive dando disculpas y pretextos, sin aprender de sus equivocaciones, lo cual la lleva a sentir una intensa humillación y desprecio internos.

¿Qué hacer? En principio, es necesario reconocer que se está bajo una norma rigurosa, negativa, perfeccionista y exigente. El ego se ha impuesto reglas asfixiantes e inhumanas, a fin de sentirse “bueno”, de expiar algún pretendido mal mayor, de evitar situaciones conflictivas. Esto no funciona, porque estamos aquí para aprender en base a prueba y error. Por otro lado, siempre hacemos lo que podemos, de acuerdo a nuestra evolución. Castigarse durante una vida entera por lo que fue posible en determinado momento es improcedente e inútil. Las normas de conducta deben ser flexibles y adecuadas al desarrollo de nuestra conciencia.

Cuando nos sentimos culpables, podemos analizar nuestras actitudes y acciones desde un marco compasivo y respetuoso hacia nosotros mismos. Al reconocer las pautas reincidentes, podemos aprender de esos errores o fracasos e implementar nuevas conductas, desactivando el mecanismo de la culpa en el proceso. Lo importante es darnos cuenta de las causas de la culpa, los comportamientos que nos empuja a repetir, las responsabilidades que nos pide asumir y las acciones que implementaremos.

Cuando aceptamos que, debido a la cultura en la que vivimos, es normal sentir culpa, somos más comprensivos con nosotros mismos, lo que nos permite tratarla y removerla. También, hace que fundemos nuestro propio sistema de valores, acorde a nuestra evolución. En el fondo, la culpa es una forma velada de control y castigo. Cuando nos asumimos como creadores de nuestra vida, no necesitamos eso. Podemos apropiarnos de lo que deseamos y accionar para lograrlo. Si “fracasamos” (o sea, si obtenemos resultados distintos a los que nos propusimos), aprenderemos de esa experiencia. Si dañamos a alguien (o a nosotros mismos), pediremos perdón y nos perdonaremos. Todo sirve a los más altos propósitos de nuestra alma. Por eso, aceptarnos y amarnos más allá de cualquier circunstancia es el remedio para disipar la culpa.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Tintín de luz

Cada tanto, me googleo y me sigo sorprendiendo la cantidad de sitios y blogs que levantan mis escritos. Además de los lugares específicos en los cuales he colaborado, muchos repican mis reflexiones en sus lugares.

Pensaba en la enorme cantidad de personas a las que he llegado. Dos presentaciones en Slidshare fueron vistas 6.053 veces. Un artículo en Buenas Manos fue leído por 117.606 personas. No puedo creer (aún hoy) la penetración de Internet en nuestras vidas.

Mi mayor deseo es que, cada alma que lea algo mío, sea tocada por una caricia de luz que le recuerde el ser maravilloso que es y el amor de Dios que mora en su interior.

martes, 2 de diciembre de 2008

Acerca de la Alegría

A esto me refería en la entrada anterior:
En esta canalización del Arcángel Miguel, Celia Fenn le pregunta porqué tantas personas están sintiendo mucha ansiedad, tristeza y depresión, especialmente en estos momentos en los que se supone que deberíamos estar experimentando el Jubilo de la Nueva Tierra. Miguel dice que eso se debe a que, acostumbrados como estamos a la dualidad y, sobre todo, a experimentar tristeza y dolor a través del cuerpo, estamos interpretando las intensas oleadas de Amor de la Fuente como negativas. Dependerá de nosotros cambiar esa percepción y aprender a experimentarlas como lo que son. Transcribo las siguientes respuestas porque me han parecido simples y maravillosas. Puedo confirmar con mi propia experiencia que así es. Espero que liberes las concepciones equivocadas y te sumes al Amor y la Alegría disponibles para ti.

¿Qué pasa cuando alguien muere o se va?... ¿O cuando te abandona un amante, o pierdes todo tu dinero?... ¿Son alegres esas experiencias?...
Bien, entendemos lo difíciles que parecen esas experiencias cuando se sienten en la forma humana, porque muchas de las maneras de entender la realidad que tiene la forma humana dependen de la ilusión.

Consideremos tu primer ejemplo. Cuando alguien muere. Bien, en realidad la muerte no existe, ya que todos ustedes son seres de luz infinitos que existen en muchas dimensiones. Eso que llaman muerte no es más que un paso de un nivel de energía o de realidad a otro. Es y debería ser motivo de alegría, ya que se trata de energía que envió la Fuente a manifestarse y que vuelve a la Fuente con su misión completada y cumplida. Pero, los humanos limitados al mundo de la ilusión y de la dualidad, solo ven que algo ha terminado y se ha perdido, de ahí que las intensas emociones derivadas de ese tránsito sean interpretadas como dolor y tristeza. Eso no es nada malo, solo es una elección que ustedes hacen y que pueden modificar o cambiar cuando están preparados para vivir verdaderamente en el flujo de la Conciencia de Unidad y de Unicidad.

De la misma manera, consideremos tu segundo ejemplo, el de alguien que perdiera todo su dinero, su hogar y su seguridad. Por supuesto que se produce una intensa emoción y una perturbación energética que se interpreta como depresión. Pero, de nuevo, eso es una ilusión, porque en realidad tienen derecho a estar protegidos y seguros, como verdaderamente lo están por el Espíritu, si así lo permiten. Pero ustedes entregaron esto a una ilusión que llaman economía o sistema monetario y pretenden que eso los sustente. Cuando eso falla, caen en el temor porque se han limitado a una ilusión y no están siendo mantenidos por el Amor que les dirá que Todo esta Bien y que ustedes serán cuidados sólo con que consientan que el flujo de la energía pase a través de ustedes. De ahí que la intensidad de la experiencia se convierta en depresión. Se la podría considerar como una oportunidad para dejar que el Espíritu trabaje con ustedes y los mantenga. Ojala fuesen fuertes y valientes y confiasen.

Pasemos al asunto del abandono por parte del ser amado. Bien, esto también es una interpretación del flujo de la vida. Hay muchas razones por las que las personas se reúnen y por las que las relaciones se terminan. Y es elección normal que se haga una asignación de culpas. El juicio mas común es el que se hace contra uno mismo, como eso de “no fui lo suficientemente bueno”, lo que lleva a la tristeza. Ustedes viven en una cultura en la que el éxito individual lo es todo, de ahí que tengan esa percepción de falta o de fracaso, hay una falta de autoestima que produce sentimientos intensos, que, a su vez, se interpretan como pena y tristeza. ¿Que pasaría si fuesen capaces de celebrar lo que fue y de permitir que se vaya para dejar así que llegue algo nuevo que encaje mejor en su nivel de desarrollo? Así podrían bendecir cada final sin necesidad de meterse en juicios y culpas. Podrían seguir adelante con la expectativa del Amor, la Alegría y las nuevas experiencias.

¡Vaya, dije, es una manera bastante diferente de tomarse la vida!
Verdaderamente lo es. Pero debes estar preguntándote porqué son tan pocas las personas que eligen esta percepción de la vida, porqué son tantos los que están encerrados en los reinos de la tristeza y de su amiga, la ira. Bien, ustedes vienen de muchas vidas en tradiciones espirituales que les enseñaron a juzgarse y a culpar a los demás. La Espiritualidad dual se centra en lo bueno y lo malo, así como en analizar la experiencia de acuerdo a ese modelo. Por lo tanto, a la gente se le ha hecho un hábito juzgar y encontrar defectos, culpar a los demás y a sí mismos, en vez de limitarse a aceptar lo que venga cabalgando las olas de emoción y de sentimiento que les llevan a nuevos estados del ser.

Han olvidado cómo ser auténticos Guerreros de la Luz y como fluir con las oleadas de energía de la Fuente. No tienen entrenamiento en las habilidades de la valentía, la perseverancia y la aceptación por lo que, cuando las oleadas de energía los azotan, carecen de la fortaleza y de la serenidad necesarias para navegar fuera de la tormenta, en el conocimiento de que todo esta bien. Caen en la pena y en el enojo. Ahora bien, si tuviesen entrenamiento como guerreros, aceptarían sus tristezas y sus temores sabiendo que son ilusiones, y buscarían maneras de superarlos para dirigirse hacia la realidad del Amor y de la Alegría. Y es muy frecuente que eso solo sea cuestión de cambiar sus expectativas y percepciones.

Bien, pero, pregunto, acabo de recibir una carta de una persona que quiere saber porqué no puede encontrar la felicidad y porqué se siente tan fracasada. Dice que, mientras estaba de vacaciones, sentía una elevada frecuencia, pero que, cuando volvió al trabajo, la perdió. ¿Por que?
Bien, querida amiga, es evidente que su trabajo tira de ella hacia abajo. No puede sentir felicidad en ese trabajo. Puede ser que ese trabajo no esté expresando sus pasiones y deseos y que tenga que crear otra clase de trabajo. Pero, también es cierto que en su cultura han perdido la comprensión y el aprecio del trabajo como lugar de alegría y creatividad. Esto se debe que han convertido el trabajo en una manera de crear dinero; muy pocos de ustedes trabajan por Amor y Alegría.

Han olvidado que el eje principal del trabajo es el servicio y la expresión del amor incondicional. ¿No recuerdan que dijo el poeta: el trabajo es amor hecho visible? Por lo tanto, poco importa lo que hagan mientras sean conscientes de que ese trabajo es su oportunidad de servir a los demás y de hacer visible su amor. Si la gente trabajase con ese conocimiento, verdaderamente encontrarían la frecuencia del Amor y de la Alegría en su trabajo y en sus vidas cotidianas.

Por lo tanto, les diremos que la creación y la experiencia de la Alegría es una elección que todo humano puede hacer. Y esa elección será mas fácil cuando aprendan a liberar sus viejos hábitos y adicciones perceptuales y vivenciales a la tristeza y empiecen a permitirse experimentar plenamente los poderosos manantiales de Amor Incondicional Divino en forma de Alegría y de Amor en sus propias vidas. Esto requiere una aceptación fundamental de la naturaleza benevolente y sostenedora del Universo, así como de la aceptación de Todo Lo Que Es, de Todo lo que afluya a su experiencia, y de que esto puede ser aceptado con alegría y serenidad.

Esto no es una licencia para cometer actos de naturaleza negativa o dañina en el conocimiento de que todo es Amor. Recuerden que el Amor sólo se expresa como sostén y aceptación, todo lo demás es ilusión y tiene que ser vuelto a experimentar hasta que surja el Amor, ya que lo que subyace en todas las cosas es Amor esperando a ser expresado y experimentado. De ustedes depende encontrarlo, expresarlo y sentirlo como Felicidad. Y si sienten tristeza, absténganse de juzgar la experiencia, porque sepan que en la Conciencia de Unidad Todo es Uno, y que Tristeza y Alegría son Una ya que, en realidad, ¡solo la Alegría es real!