lunes, 24 de agosto de 2009

¿Admites al verdad?

Hace tiempo, estoy escribiendo acerca de la diferencia entre Ego y Ser… ¡y parece sonar como una ficción!! :-)

Estás tan acostumbrado a llamar “Yo” al Ego que te resulta extraño considerarte más que él. Para comenzar, este Yo está formado de muchos aspectos. ¿Cuántas veces te pasó que una parte quiere hacer una cosa, otra se opone, otra tiene miedo, y otra busca opiniones? ¿Cómo puedes pensar que eres una unidad, cuando estás tironeado continuamente por distintas partes que, para colmo, están disociadas?

Y esto se complica por los aspectos inconcientes de los cuales no tienes registro y que boicotean lo que otro desea lograr. Y ni hablar de las influencias sociales, de las Formas-Pensamientos de la Humanidad a las cuales adhieres y alimentas sin darte cuenta. Y de lo que traes de vidas pasadas, que pueden estar activados o no. Y de… ¡ufa! ¿Tanto?

Sí, eres una entidad increíblemente compleja y múltiple. Imagínate entonces el caos en que vives si no tienes un centro que pueda organizarlo. Comienza por tu Ego porque él, en la práctica, te gobierna sin miramientos. Has entregado el poder a tu sirviente y él maneja la casa.

En esta completa identificación que tienes con el Ego, te resulta difícil separarte de él. Y ahí está primera solución: la distancia. Es necesario que aprendas a crear un espacio entre tu Ego y tú. ¿Notaste que vives en base a reaccionar? Alguien dice o hace algo y tú, inmediatamente, sientes, piensas, haces algo… siempre lo mismo… en una respuesta adquirida, estereotipada, repetida. Es un aspecto de tu Ego tomando el control instantáneamente con una reacción aprendida en el pasado y reiterada en el presente.

Eres un prisionero de actitudes originadas en tu niñez y tu adolescencia. Eres una máquina de repetir inconciente. Eres alguien que está dormido soñando que está despierto. Eres el dueño de un hermoso castillo que vive en el sótano.

Entonces, si puedes comenzar a tomar esta distancia y observar las variadas voces del Ego, sin engancharte, se abrirá una instancia que te permitirá conocer los juegos que juegas, que te hará posible un rico aprendizaje, que te habilitará una extensión, una profundidad y una plenitud que ni te imaginas siquiera, ya que el Ego es confinamiento y el Ser es expansión.

Una prevención: el Ego es muy susceptible, tiene complejo de inferioridad (que, a veces, compensa con uno de superioridad). Detesta sus aspectos débiles o inadecuados y los proyecta. Niega cualquier cosa que le hace sentir menos o distinto. Así que se resiste a todo análisis, propuesta de cambio, crítica constructiva. Desconfía de lo que signifique una transformación de su status quo. Odia la verdad.

Y aquí está una segunda solución: acepta todo lo que observas. Aspectos envidiosos, cobardes, egoístas, temerosos, perversos, lo que sea. Es parte del combo del Ego. Todos los tenemos. Si lo tomas personalmente y tratas de justificarlos, te pierdes en eso. Son partes del aprendizaje: ¿para qué sirven, qué te indican? Asimila y libera. No te enredes.

Esta es una parte crítica en una terapia. Al identificarte con tu Ego, cualquier comentario sobre aspectos, actitudes, situaciones no aceptadas son tomadas inmediatamente desde la resistencia, la victimización y la negación. O, si son comprendidas, son catalogadas como difíciles o imposibles de revertir.
En esta sociedad totalmente basada en el Ego, desacralizada y estéril, crees que no eres más que una pobre criatura desamparada. Eres una Creatura. Eres una creación de Dios. Es más, eres Dios creando. ¿Cómo puedes fallar? Encuentra el Ser en ti. El verdadero mundo se abrirá en toda su magnificencia.

No hay comentarios: