viernes, 7 de enero de 2011

Bendiciones y una plegaria

Ayer, no tenía pacientes a la mañana, así que me levanté tarde (a las 10) y me fui a desayunar a una confitería muy linda que está enfrente de las Barrancas. Un rico café con leche con deliciosas medialunas, el diario, el rumor de personas hablando suavemente, música de jazz; levantaba la vista y tenía un gran árbol a un costado y el verde total de las barrancas a través de los ventanales... me salía agradecer espontáneamente. Salí, miré vidrieras (me compré una remera preciosa) y fui a la camilla de masajes.

Las pequeñas cosas me recuerdan cuán bendecida soy. Y elevo una plegaria:

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lindísima reflexión Laura
Cuántas veces nos olvidamos de agradecer esas pequeñas cosas cotidianas y gratuitas.
Y la elección de la canción inmejorable. Gracias Laura!