jueves, 20 de enero de 2011

Kilos de más II

He estado reflexionando sobre este tema. Aquí van algunas puntas. El aumento de peso es una manera de enraizarnos en esta realidad. Mi personalidad tiende a la evasión, a habitar “los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles como pompas de jabón”. Noté hace muchísimos años que, a medida que iba encarnando más y trayendo mi energía al aquí y ahora, iba ganando peso. De piel y huesos, pasé a rellenarme primero con músculos y después… con un poco de grasita! J

La grasa, justamente, es una forma de protección, una coraza. Puede haber una coraza de músculos (la contractura constante, la rigidez, la tensión) y también una de grasa. Trabajar los miedos, liberar las limitaciones del Ego y conectarse verdaderamente con el Ser Superior, siendo un equipo con Él, es la solución.

Comer comida chatarra es, quizás, otra manera de “bajar” a tierra y sostener la magnitud de la energía que el cuerpo está tratando de asimilar. Tomarse momentos para meditar, para descansar, para aceptar tanta intensidad ayuda.

En otro orden, el desvarío y la cantidad de comidas también pueden indicar lo mismo a nivel mental. Aunque no tengo pensamientos productores de drama ni negativos, tiendo a la digresión, a “filosofar” con cada cosa que se me presenta, cuando no a perderme en pavadas. Ponerme límites (a la comida y a la mente) y enfocarme (en lo que realmente me sirve) son temas cruciales a elaborar.

Bendecir la comida , como Hoppe sugiere en: http://abrazarlavida.blogspot.com/2010/12/los-51-sintomas-del-despertar.html ), aceptar los cambios, perdonarse, desapegarse del Ego, contactar con el alma, disfrutar, estar en contacto con la Naturaleza, amarse… algunas sugerencias… Espero te sirvan. Yo estoy en eso.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me sirve!gracias:)

Dheeryan dijo...

Hola que tal, pasaba por tu blog y me llamo mucho la atención n_n Estoy de acuerdo en lo que dices en relación a como la grasa forma una coraza que protege, es un instinto de sobrevivencia natural ante un ambiente extremista que nuestro cuerpo aprendió hacer desde los orígenes de la humanidad. Considero necesario enseñar al cuerpo que ya no es necesario protegerse de esa forma para sobrevivir ante los tiempos de adversidad.