miércoles, 11 de mayo de 2011

Reflejando bienestar


Acabo de terminar una sesión por Internet con una paciente y me cuenta, al pasar, que bajó unos 10 kilos en estos meses.  Me sorprendí porque no me contó nada, si bien habíamos charlado sobre eso al comienzo de su terapia.  Me dice que había comenzado a comer más sano, a caminar (era una de las primeras cosas que le aconsejé hacer, por otras razones), a hacer Pilates.  Antes, había hecho muchos intentos que terminaban en nuevos aumentos de peso rápidamente.  Ahora, que se siente bien con ella misma, que se valora, lo fue haciendo naturalmente y el resultado es que bajó, que se mima yendo a la peluquería, a la manicura, al pedicuro, comprando nueva ropa.  Lo mismo pasa con su negocio, al que habia descuidado tanto como a ella misma.  Nuestro trabajo (sobre todo si somos independientes) vive de nuestra energía, del espíritu que nosotros le proveemos.  Al renovarse, ha renovado su interés en su negocio y está creciendo con otros emprendimientos.  Una nueva constatación: el afuera es un reflejo del adentro.

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