miércoles, 31 de agosto de 2011

Laurita

No soy aficionada a sacarme fotos ni a verlas (en parte, porque no soy fotogénica), aunque me gusta la fotografía.  Tengo muy pocas fotos mías, sobre todo de mi infancia.  Buscando otra cosa, encontré ésta de cuando era chiquita y me sigue encantando esa actitud vivaz, fresca e inocente.  Todavía la conservo.  Es una de las mejores cosas de mi Niña Interna. 


lunes, 29 de agosto de 2011

Hágase Tu Voluntad

“A lo largo de muchos eones de tiempo y dentro de muchas vidas, la naturaleza de la Fuente ha sido tergiversada como que es más grande que la humanidad, por lo que la Fuente está en control o a cargo de lo que sucede dentro de la tercera dimensión. Esta malinterpretación de la verdadera naturaleza de la relación Fuente/humano ha permitido que toda la humanidad subestime enormemente su poder y la naturaleza y el propósito de su viaje en la tierra. Por lo tanto, la frase “Hágase Tu Voluntad” también es mal utilizada y es en realidad una oración de reconexión y no un reconocimiento de la fragilidad humana.

Ustedes no necesitan permiso de la Fuente en ningún aspecto de su vida, porque cada uno de ustedes está aquí como una chispa de luz divina en una misión de sanación y ascensión. Ustedes participan en su ascensión junto con la de la Tierra y el resto del sistema solar, galaxia y universo. Todo está conectado y todo lo que los rodea está experimentando la ascensión en este momento. Cuando piden “hágase tu voluntad”, están creando espacio para que la Fuente entre en su experiencia y comparta una energía superior con ustedes. Con esta frase están, de hecho, creando un espacio para el cielo en la tierra.

“Tu Voluntad” no significa que Dios sea una parte añadida a la situación, que ustedes se hacen a un lado y permiten que Dios opere sin su participación. Tampoco quiere decir que dejan de lado su poder para permitir que la Fuente se haga cargo. Significa que han elegido permitir que su luz Divina sea parte de su vida material en ese instante. Abren su corazón a permitir que lo Divino comparta la experiencia con ustedes, y en lugar de como creadores, están eligiendo experimentar este momento con la Fuente como co-creadores.

“Hágase” indica que están dispuestos a permitir que su realidad se despliegue en la perfección de la Voluntad Divina. En este hermoso momento, resuenan con y pueden crear el resultado mejor y más elevado, que incluye a la familia de la humanidad y la tierra. Se han convertido en co-creadores con la Fuente dejando a un lado su Ego y voluntad, junto con todas sus limitaciones de la tercera dimensión, y reconociendo y dando voz a su divinidad. Y en ese momento se cumple su propósito de vida de reconexión y han creado el cielo en la tierra”.

Me parece maravillosa esta canalización del Arcángel Uriel por Jennifer Hoffman, porque resume la verdadera naturaleza de nuestro propósito en este hermoso planeta: un viaje de co-creación con la Fuente, a través del Amor, lo que implica el reconocimiento de nuestro poder como humanos divinos.

sábado, 27 de agosto de 2011

Volviendo al camino

Estas últimas semanas, han sido fuertemente desafiantes para todos. Esos temas que constituyen nuestros más grandes aprendizajes, esos lugares por los que pasamos una y otra vez para continuar creciendo en una espiral evolutiva, se han manifestado en toda su crudeza. Hemos necesitado darnos cuenta de cuánto nos aferramos a antiguos decretos, experiencias, victimizaciones, sufrimientos, y hemos sido empujados a liberarlos y empoderarnos.



Siempre digo que leer sobre los seres creadores que somos es maravilloso, mas, cuando esos asuntos aparecen en nuestra vida, tendemos a caer en el perimido sistema de las excusas, las culpas y las justificaciones. Sostener una visión personal y profesional de Nueva Energía en un contexto de vieja energía es duro, pero también altamente motivador y entusiasta. Caemos y nos perdemos muchas veces, pero si tenemos un norte al cual volver, si confiamos finalmente en nosotros y en la Vida en todas sus dimensiones, volvemos a encontrar nuestro camino, ese que es único, en el que somos co-creadores. Yo lo estoy haciendo… espero que tú también…

miércoles, 24 de agosto de 2011

¿Eres testigo o analizas?

“Toda la metodología oriental se puede reducir a dos palabras: ser testigo. Y toda la metodología occidental se puede reducir a una: analizar.  Cuando analizas, das vueltas y más vueltas. Cuando eres testigo, simplemente te sales del círculo”. Estas sabias palabras de Osho resumen dos actitudes que producen resultados muy distintos. Occidente descompone las cosas en su análisis y las separa, para luego actuar sobre ellas de forma parcial. Oriente observa el conjunto y llega más allá de él, generando libertad y plenitud. ¿Con cuál te identificas?

lunes, 22 de agosto de 2011

¿Te conectas a tu Cuerpo de Conciencia?

En el anterior Boletín, mencioné al cuerpo como el gran olvidado y te pregunté si podías percibir lo que estaba sucediendo en ese momento (¿lo sientes ahora?). Eso es estar en presencia, o sea, estar en tu conciencia integrada: percepciones de tu cuerpo, mente, emociones, entorno, intuición, energías, tanto!
 
Es de tal enormidad lo que recibimos como estímulos internos y externos que aprendimos a desconectarnos para no sucumbir. De hecho, los problemas psicológicos graves de muchos se deben a una sobrecarga de estímulos de toda índole que no logran explicar-se ni manejar. El problema de anestesiarnos es que terminamos viviendo en un cuartito de dos por dos, con una ventanita y con la puerta cerrada cuando podemos existir… en el mundo. Terminamos en la repetición de los roles del Ego, en la seguridad de las personas y trabajos y lugares conocidos, en las limitaciones que dan tranquilidad, en la frustración de la mediocridad. Pensamos que no pagaremos un precio por ello y que, de cualquier forma, no es tan alto, hasta que el cuerpo comienza a pasar la factura.
 
¿Podemos dejar afuera lo que nos hace humanos divinos, el poderoso potencial que bulle adentro, la luz que iluminaría las sombras que habitamos? Obviamente no. Para eso estamos aquí. Entonces, ¿por qué nos resistimos? Porque no estamos educados para ello y porque recién ahora las condiciones son amables para conectarnos. “¡Ahora! Con la crisis económica, los desastres naturales, los miedos disparados por los medios, el caos instalado en casa y afuera”, dirás. ¿Y si todo eso fuera justamente una prueba de que estamos cambiando, de que el sistema como lo conocemos está autodevorándose por su misma incapacidad de proponer soluciones beneficiosas para todos en lo que realmente somos, seres espirituales en una experiencia humana?
 
El mundo capitalista que ha extendido sus dominios por doquier es el mundo del Ego. Parece extremadamente variado y complejo pero es pobre y complicado sin necesidad, ya que lo que hace es jugar los mismos juegos una y otra vez, buscando afuera la validación de un poder en el que no cree porque sabe en el fondo que no lo tiene. El poder está en otro lado: en ese mundo sutil que ahora está listo para que nos conectemos amorosamente.
 
Los que hemos sido pioneros en esta Nueva Energía notamos los trascendentales cambios que han sucedido en los últimos diez años y, sobre todo, en este año. Hemos estado liberando mandatos, decretos, karmas, actitudes, formas-pensamientos, enfermedades de cientos de vidas para poder acceder al Cuerpo de Conciencia, a una concordancia pura a la Luz que somos. Esto implica una integración que va más allá de lo que conocemos y lo estamos haciendo sin recetas, aunque muchos las busquen desesperadamente afuera. ¿Qué receta necesitamos si ya la tenemos, si ya vino con nosotros, si es simple y accesible?
 
¿Cuál es? Deja de poner tu atención en el Ego, en el exterior, en lo que “hay que hacer” (la receta del Ego). Aprende a aquietar tu mente y descansa en tu vínculo a tu Maestro Interno, a tu alma, a tu Ser Superior, a la Fuente, no importa quién sea ni cómo lo llames. Tu Cuerpo de Conciencia eres tú en todos los niveles, integrados y conectados, permitiendo que el camino que ya trazaste sea uno con el Todo, en este aquí y ahora. Eres tú en la confianza de que, cuando abras tus manos y tu corazón a tu Guía interior, lo que necesitas saber y hacer vendrá a ti en el momento oportuno.


Sólo necesitas tranquilizarte, centrarte, estar en silencio, acallar las voces del Ego, aceptando, perdonando, responsabilizándote. Agradeciendo lo que eres y tienes, disfrutándolo. Abriéndote a lo que sueñas y permitiéndole existir. Y, sobre todo, amándote y amando. La clave suprema. Dejando que el Amor sea en ti.

jueves, 18 de agosto de 2011

Tratarnos bien

Compartí el decálogo sobre cómo mejorar la autoestima porque, hace mucho, cuando comencé a hacer cambios, una de las primeras cosas que me di cuenta era la forma en que me maltrataba continuamente. Tenía enormes idealizaciones de cómo tenía que ser y hacer y nunca llegaba a ellas… por ser imposibles justamente. El Ego establece parámetros exageradamente elevados en algún momento de la niñez o adolescencia, a fin de obtener cariño, reconocimiento, atención, amor, abundancia, aceptación, lo que sea. Luego, pone esas zanahorias enfrente y nos matamos tratando de alcanzarlas inútilmente. Cuando no lo logramos (y casi nunca lo hacemos), nos criticamos y juzgamos cruelmente. En mi caso, era increíble el maltrato permanente. Al comenzar a observarme, me sorprendió el nivel de agresión, menosprecio y victimización con que me sacudía a cada rato.

Entonces, lo primero que hice fue bajar la idealización, la autoexigencia, el control, el perfeccionismo. “Así está bien”. “Es suficiente tal cual soy, tal cual es”. Dejar pasar los detalles, los debería, los tengo que, aceptarme, perdonarme, felicitarme, mimarme fueron fundamentales en mi transformación y continúo practicándolos.

Otro tema fue el asustarme frente a lo que sucedía o quería hacer. Mi familia era muy exagerada en sus reacciones. Tooooodooo era una tragedia, no había grados ni prioridades, cualquier cosa era para hacer drama, para buscar culpables, para proyectar desastres. En esas observaciones, me encontré igual a mi familia (amplificada por mi hipersensibilidad), así que comencé a bajar el melodrama y tomarme las cosas con soda, a concientizar mis anteriores éxitos, mis capacidades, mi fuerza, mi entusiasmo, a confiar en mí y en mi camino, sea cual fuera. Poco a poco, aprendí a tranquilizarme, a centrarme, a conectarme con mis niveles superiores y con la Vida.


Cuento esto porque todos debemos atravesar por estos desafíos. Lamentablemente, nos educan en el miedo y el error, en la limitación y la carencia, en la búsqueda externa de aprobación, en la victimización. Comencemos por nosotros, por encontrar nuevas formas de aprendizajes que sean amables, fortalecedoras, confiadas, alegres, motivadoras, sagradas. Luego, podremos compartirlas con otros y crear un mundo mejor. En eso estoy…

lunes, 15 de agosto de 2011

10 puntos para mejorar tu Autoestima

1. Deja de criticarte
Si te dices a ti mismo que, pase lo que pase, estás bien y vales, puedes cambiar con facilidad tu vida. Pero, si te dices que estás mal, te resultará enormemente difícil lograrlo. Tu capacidad para adaptarte y avanzar con el proceso de la vida es tu poder. Acéptate tal y como eres ahora.

2. Deja de asustarte
Muchos de nosotros nos llenamos de miedo con pensamientos aterradores, logrando con ellos hacer las situaciones peores de lo que son. Tomamos un pequeño problema y lo transformamos en un monstruo gigantesco. Deja de asustarte con tus propios pensamientos. Transforma tu pensamiento en una imagen de placer.

3. Sé amable, cariñoso y paciente contigo mismo
Sé delicado y amable contigo mismo. Ten paciencia mientras aprendes nuevas formas de pensar y cambias viejos hábitos de conducta. Trátate como si fueras alguien a quien realmente quieres. No te castigues por los errores. Si estás dispuesto a utilizarlos para aprender y crecer, entonces te servirán como un peldaño hacia la realización total en tu vida.

4. Aprende a ser cariñoso con tu mente
No te odies por tener pensamientos negativos. Puedes considerar que estos pensamientos te “construyen”, y no que te “derriban”. Ser cariñosos contigo mismo quiere decir dejar de culparte, dejar de sentirte culpable, acabar con todo castigo y con todo dolor. Utiliza la relajación, la meditación y la visualización.

5. Elógiate
La crítica deprime al espíritu; el elogio lo levanta. Reconoce tu Poder. Cuando te desprecias, desprecias al Poder que te ha creado. Elógiate todo lo que puedas. Reconoce lo que estás haciendo bien en cada pequeña cosa. Permítete aceptar lo bueno, tanto si crees que te lo mereces como si no.


6. Amarte significa apoyarte
Acude a tus amigos y permíteles que te echen una mano. En realidad, es una muestra de fortaleza pedir ayuda cuando se la necesita. En lugar de intentar hacerlo todo solo, pide ayuda. Aprende a pedir, para que los demás puedan aprender a dar.

7. Ama tus rasgos negativos.
Todos ellos forman parte de tu creación. Sea cual sea el problema que tengas, tú contribuiste a crearlo con el fin de manejar ciertas situaciones. Sean cuales fueren tus pautas negativas, puedes aprender a satisfacer esas necesidades de forma más positiva. Puedes dejar marchar con amor esos patrones negativos.

8. Cuida tu cuerpo
Considera tu cuerpo una maravillosa casa en la que vives durante un tiempo. Amas y cuidas tu casa. Así pues, vigila lo que metes dentro de tu cuerpo. Es bueno hacer ejercicio y adoptar una actitud mental positiva hacia el tipo de ejercicio que realizas. Es necesario que te perdones y dejes de introducir rabia y rencor en el cuerpo.

9. Trabaja con el espejo
Es importante trabajar con el espejo para descubrir la causa de un problema que te impide amarte. Por la mañana, te puedes mirar en el espejo y decirte: “Te amo. ¿Qué puedo hacer por ti hoy? ¿Cómo puedo hacerte feliz?”. Escucha tu voz interior y actúa en consecuencia. Mira a menudo al interior de tus ojos. Expresa tu creciente sentimiento de amor hacia ti mismo mirándote en el espejo

10. Ámate ya, ahora mismo
Si logras sentirte satisfecho contigo mismo ahora, si puedes amarte y aprobarte ahora, entonces serás capaz de disfrutar de lo bueno cuando venga. Una vez que aprendas a amarte a ti mismo, comenzarás a amar y a aceptar a los demás. No esperes a que las cosas te vayan mejor, te encuentres bien, tengas pareja o trabajo. Empieza ahora y hazlo lo mejor que puedas.
Desconozco el autor

viernes, 12 de agosto de 2011

Aprendiendo a cambiar

“El verdadero aprendizaje es constante y tan vital en su poder de producir cambios que un Hijo de Dios puede reconocer su propio poder en un instante y cambiar el mundo en el siguiente. Ello se debe a que, al cambiar de mentalidad, produce un cambio en el instrumento más poderoso que jamás se le haya dado para cambiar. "


Me encantó esta frase del Curso de Milagros, ya que no llegamos a comprender el enorme poder que disponemos. Tendemos a dejarnos llevar por la imagen pobrísima y apaleada que el ego y la sociedad han sabido construir y creemos que todo llevará esfuerzos y tiempos más allá de cualquier aguante humano. Así, acumulamos dramas y calamidades, que nos deprimen con su peso. El origen de esto es una creencia equivocada, un paradigma erróneo, no una verdad potencial y permitida.

“¡¿Cuándo voy a terminar con esto del aprendizaje?!”, me ha dicho más de un paciente alguna vez. “¡Nunca, gracias a Dios!”, le contesto. Eso es lo maravilloso del proceso: es infinito, expansivo, entusiástico, poderoso. Imagina si ya supieras todo, si ya hubieras hecho todo: qué aburrimiento. Sólo te quedaría vegetar y morir… en realidad, muchos hacen eso y ni siquiera se dan cuenta.

En algunos momentos de mi vida, en medio de hondas oscuridades, como un destello deslumbrante, tomé la decisión total e irreversible de cambiar algo, sin importar nada, aún cuando todo me mostraba que era imposible. Y la transformación sucedió, fuerte, inmediata y consistente. Esta posibilidad reside en nosotros y se activa con un cambio de mentalidad y una resolución inquebrantables. Otra forma, la más común y accesible, es ir haciendo pequeños pasos hasta lograr el aprendizaje de una nueva forma de vivir.  Sea como sea, tenemos incorporados todos los recursos para hacerlo.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Algo sobre estos tiempos

Estos dos meses de julio y agosto están siendo bastante desafiantes. Lo compruebo diariamente en mí, en mis pacientes y alrededor. Astrológicamente, estamos con los tres planetas exteriores retrógrados y cuadraturas fuertes. ¿Cómo se traduce esto? En lo macro, en los enfrentamientos, protestas y disturbios que estamos presenciando (que continuarán) y en una economía disruptiva y vacilante; en el clima, en más fenómenos naturales violentos.

En lo individual, en retrocesos y replanteamientos varios. Es como replegarse un poco para revisar el pasado, lo caminado, y decidir con qué seguiremos y qué debemos soltar. También, es para restaurar las energías y priorizar qué es lo verdaderamente importante y qué no. Al hacer esto, podemos tomar conciencia de una parte nuestra que insiste en separarse de la conexión mayor y permanecer aislada y confundida en un pantano emocional conocido. Quizás, sea un secreto, un aspecto nuestro que mora en la oscuridad y que, si no lo reconocemos o aceptamos, puede salir agresivamente y crear desastres en el afuera. En el fondo, está buscando ser iluminado y comprendido. Entonces, seamos sinceros y audaces para confesarlo, aceptarlo y sanarlo, redimido por el amor.


¿Significa esto que nada sucederá en los hechos? Aunque hay muchas cosas demoradas, siempre podemos continuar o iniciar algunas (una vez que iluminemos esas partes que se resisten o que repiten antiguos mandatos). Tendemos a esperar que todo esté en su lugar para comenzar el juego. Buscamos conocer todas las variables: seguridad y control. Ya no funciona así. Se trata de movernos hacia alguna dirección y, a medida que la ruta se va abriendo, tomar las decisiones hacia adónde seguir. No hay un camino ya trazado de antemano: lo vamos haciendo al andar. Mientras no nos movamos, no va a existir, nada va a presentarse. Es nuestra decisión, nuestro movimiento el que lo trae a nuestros pies.

lunes, 8 de agosto de 2011

¿Vives en tu cuerpo, sagradamente?

El cuerpo es uno de los grandes ignorados. Nos ocupamos de él cuando se “enferma” (o duele) o con fines estéticos, a modo de imagen o máscara para los demás. Si no, vivimos en la burbuja de nuestra mente (como en las caricaturas, estamos en el globito que habla o piensa) y lo abandonamos, anestesiado, como una máquina que debe trabajar 24 horas, sin consideración ni cuidado. Así, nos perdemos de los numerosos mensajes que nos brinda, ya que el cuerpo es nuestro traje bioenergético en esta dimensión, el que traduce y expresa lo que sucede en los ámbitos emocionales, mentales, karmáticos, etc.

Casi nadie, hoy en día, está conciente de su cuerpo, de su energía. El día transcurre en la telaraña de pensamientos que teje la mente, entre el pasado y el futuro, raramente en el presente. Presta atención a este instante… ¿te das cuenta de tu cuerpo o estás abstraído leyendo esto?, ¿notas si estás incómodo, en una posición enredada o vencida?, ¿respiras con el diafragma, serena, ampliamente o con el pecho, ahogadamente?, ¿hay lugares tensos, dolorosos?, ¿sientes tus contactos con la silla, con el piso o estás literalmente sosteniéndote a ti mismo?, ¿percibes el estado de tu energía, de tus sensaciones, emociones?, ¿estás al tanto de los estímulos externos: sonidos, temperaturas, olores? Vivir en el presente es vivir atento a todo esto… porque el único que está aquí y ahora es el cuerpo.

Tu historia está en tu cuerpo; él guarda tus recuerdos, tus traumas, tus inseguridades, miedos y carencias. Tu respiración, tu tono muscular, tu postura, tus síntomas y enfermedades están ligados a tu pasado… y a tu presente. Puedes analizar durante años los sucesos de tu niñez; sólo los superarás cuando liberes a tu cuerpo de las consecuencias de ellos e in-corpores una nueva actitud. Un pecho hundido, una espalda cargada, una respiración superficial en el pecho, un cuello o una mandíbula tensos son prisioneros de tu relato personal. No se cambia la postura por voluntad sino por sanación de lo que la provocó.

¿Te resfrías continuamente, tienes diabetes o artritis, colon irritable o úlcera? ¿Te accidentas cada tanto, te quiebras o lastimas? No hay casualidades ni mala suerte ni infortunios. Tu cuerpo te está llamando la atención. No has podido solucionar ciertos temas en los niveles mentales y han bajado al físico, para que te hagas responsable y los resuelvas. Cuanto más los ignores o los tapes (con pastillas de todos los colores), con más fuerza volverán hasta que no puedas encubrirlos más.

Tu cuerpo no es algo que “te tocó”, una suerte de mezclas bizarras entre los genes de tu padre y tu madre. Lo elegiste. En realidad, es la materialización de tu personalidad, de lo que viniste a trabajar aquí, de tus dones y desafíos. Por eso, un ojo entrenado puede saber quién eres con sólo mirarte.

A todo esto, agrégale lo que está sucediendo en estos tiempos. Estamos en las etapas finales de un cambio maravilloso: el alma encarnándose, la espiritualización de la materia, el cuerpo conteniendo la energía divina. Una espiritualidad que no contempla al cuerpo es insustancial y vacía. Debemos estar enraizados en este hermoso planeta (que está haciendo su propia evolución también) y concientes de la Luz que somos.

Este proceso es muy extenuante físicamente. Numerosos síntomas y supuestas enfermedades tienen su génesis en él. Lee “¿Qué es la Nueva Energía?” y “Los 51 síntomas del despertar espiritual”. Necesitamos más descanso y, al mismo tiempo, actividad física para sostenerlo, un equilibrio difícil de llevar a veces. Mejor nutrición y mucha agua. Naturaleza. Simplificar nuestra vida. Al Ego le gusta complicar y meterse en unas cuantas cosas para hacernos creer que valemos, que somos importantes, que más es mejor. No es así. El Ser es simple y profundo.


“El cuerpo es nuestro punto de contacto entre los reinos físicos y etéreos... donde utilizamos, estructuramos y anclamos nuestro potencial en la forma”, dice Lauren Gorgo y agrega, en una canalización: “La cantidad de tiempo que se necesite para encarnar plenamente su vehículo físico es directamente proporcional a la cantidad de resistencia que mantengan. Para que el cuerpo físico integre estas frecuencias tan elevadas, se requiere un nivel profundo de entrega y aceptación, de manera que cada célula pueda armonizarse con las fuerzas galácticas de la Creación. Si hay resistencia a contener, portar o aceptar estas energías, el cuerpo va a respingar en rebeldía y crear un gran malestar. Por ello, recomendamos un ablandamiento, una apertura y una disposición a dar la bienvenida y abrazar por completo a estas energías... no rechazarlas. Al igual que durante un parto, relajarse en la incomodidad va a aliviar el estrés en el cuerpo físico durante el proceso intensivo de renacimiento que están experimentando actualmente. Permitir, permitir, permitir, es lo que diríamos en respuesta a toda resistencia disfrazada de sufrimiento”.

Y así de difícil como es, también es así de precioso y movilizador. Sé el dueño de tu mente y el feliz habitante de un cuerpo conectado a Todo lo Que Es.

sábado, 6 de agosto de 2011

Dios hubiera dicho:

" Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho! Lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida.
Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti.
¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa.
Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti.
Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije que había nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo malo.
El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí por todo lo que te han hecho creer.
Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito... ¡No me encontrarás en ningún libro!
Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí como hacer mi trabajo?
Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te critico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor.
Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice... yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de necesidades, de incoherencias... de libre albedrío. ¿Cómo puedo culparte si respondes a algo que yo puse en ti? ¿Cómo puedo castigarte por ser como eres, si yo soy el que te hice? ¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a todos mis hijos que se porten mal, por el resto de la eternidad? ¿Qué clase de dios puede hacer eso?
Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte, que sólo crean culpa en ti. Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para tí. Lo único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía.
Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas.


Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro.
Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.
No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar un consejo. Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir.
Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te di.
Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó?... ¿Te divertiste?... ¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Que aprendiste?...
Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar.
Deja de alabarme, ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy?
Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido?... ¡Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme.
Deja de complicarte las cosas y de repetir como perico lo que te han enseñado acerca de mí. Lo único seguro es que estás aquí, que estás vivo, que este mundo está lleno de maravillas. ¿Para qué necesitas más milagros? ¿Para qué tantas explicaciones?
No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro... ahí estoy, latiendo en ti.
Baruch de Espinoza (1632/1677)

jueves, 4 de agosto de 2011

¡Bosteza!!

Creemos que tenemos que hacer costosos cursos y leer innumerables libros para solucionar los “problemas”. Esa es una visión del Ego. La verdad es que ya somos y tenemos lo que necesitamos para lo que estamos viviendo. El tema es que no lo sabemos… ni nos informan al respecto.

El cuerpo es una muestra de esto. Tiene simples recursos para muchos asuntos y, en lugar de utilizarlos, los encubrimos. Una de estas herramientas es el bostezo. ¡Sí! El sencillo y reconfortante bostezo. Te cuento sus ventajas:

- Te permite tomar grandes cantidades de aire (y energía) en minutos. Te sirve cuando necesitas despertarte, aclarar tu mente, activarte y también aflojarte. Un uso desconocido: calma la angustia, la opresión en el pecho, la ansiedad, etc.

- Relajas: la cara, el cuello, la cintura, el pecho. Esto es porque, al abrir grande la boca, sueltas las articulaciones de la mandíbula y las cervicales; al expandir el diafragma, liberas las lumbares; al desplegar el pecho, ensanchas los músculos del esternón y las costillas.

- Sueltas toxinas al llorar.


¿Requisitos? Hacerlo en serio: aspirar aire como si fueras un turbo (de una vez o en sucesivas succiones hasta que llegues a tu máximo); abrir la boca todo lo que puedas; dilatarte en todas direcciones (pecho, panza); seguirlo hasta que te salten las lágrimas; acompañarlo con estiramientos del cuerpo una vez que ya estás bostezando ampliamente. ¿Cómo puedes perderte tantos beneficios con tan poco? ¡Provócalo ahora!

lunes, 1 de agosto de 2011

Decir NO para poder decir SÍ

Cuando estamos observando los “juegos” enquistados en la vida de algún paciente, lo primero que aparece como cuestión es qué hacer al respecto. “Es simple, les contesto, di NO. Pon un límite, declara que ese juego terminó aquí y que estás dispuesto a reemplazarlo por otro, más creativo, más poderoso, más abundante, más amoroso. Y hazlo tantas veces hasta que esa nueva afirmación se haga realidad”.

Porque de eso se trata: de una afirmación de ti mismo, ya que posees libertad de elección para definirte cómo quieres ser, hacer y tener. Cuando falta la instancia de la negación, navegas en las aguas turbias de la duda y el miedo. Toda clase de pensamientos y emociones anclados en el pasado inundan tu barco con actitudes y hechos que sucedieron y que son las excusas para no intentar nada nuevo, así como previsiones temerosas sobre el futuro detienen tu marcha.

Si trazas una línea y te propones dejar el pasado atrás, aprendiendo de él, y confías en que cada día encontrarás las soluciones que necesitas, podrás ir manejando tu barco con las correcciones pertinentes para llevarlo a buen puerto, mientras las aguas del presente te aseguran una navegación conectada a las estrellas. Es un SÍ a ti mismo y a la vida.

Pero, para llevar adelante ese SÍ, antes debes poder decir NO. Para ayudarte, te transcribo este poema de Hugo Finkelstein:


NO
No es no y hay una sola manera de decirlo.
No.
Sin admiración, ni interrogantes, ni puntos suspensivos.
No se dice de una sola manera.
Es corto, rápido, monocorde, sobrio, escueto.
No.
Se dice una sola vez, No.
Con la misma entonación, No.
Como un disco rayado, No.
Un No que necesita de una larga caminata o una reflexión en el jardín, no es No.
Un No que necesita explicaciones y justificaciones no es No.
No tiene la brevedad de un segundo.
Es un No para el otro, porque ya fue para uno mismo.
No es No, aquí y muy lejos de aquí.
No no deja puertas abiertas ni entrampa con esperanzas, ni puede dejar de ser No, aunque el otro y el mundo se pongan patas para arriba.
No es el último acto de dignidad.
No es el fin de un libro, sin más capítulos ni segundas partes.
No no se dice por carta, ni se dice con silencios, ni en voz baja, ni gritando, ni con la cabeza gacha, ni mirando hacia otro lado, ni con símbolos devueltos; ni con pena y menos aún con satisfacción.
No es No, porque No.
Cuando el No es No, se mira a los ojos y el No se descuelga naturalmente de los labios.
La voz del No no es trémula ni vacilante, ni agresiva, no deja duda alguna.
Ese No no es una negación del pasado, es una corrección del futuro.
Y sólo quien sabe decir No puede decir Sí.