lunes, 6 de febrero de 2012

¿Limitado o ilimitado?

¿Adónde estás ahora? ¿Podrías trasladarte al último lugar al que fuiste de vacaciones en este instante? ¿O a tu cumpleaños número cinco? ¿Podría tu cuerpo correr a tu trabajo a cien kilómetros por hora? ¿O comer veinte kilos de comida en un almuerzo? ¿Soportarías diez días sin dormir? ¿O sin líquido?

Tienes limitaciones. Tu cuerpo te plantea ciertas condiciones. No puedes hacer muchas cosas, porque te verías en peligro. Aún así muchos tratan de correr esas barreras y asistimos a impresionantes muestras de flexibilidad, fuerza, velocidad, acrobacias, etc. Coexisten la belleza y el intenso entrenamiento físico en varias disciplinas artísticas o deportivas. Pero… no pueden pasar de cierto nivel…

¿Te diste cuenta de que la mente tiene un rango más alto de posibilidades? En este momento, sí puedes ir hacia la fiesta de tu quinto cumpleaños: recuerdas tus amiguitos, la torta, tus padres, los regalos. Casi lo revives; no estás ahí, pero está en tu mente. Logras viajar por espacios y tiempos casi con la única traba de tu imaginación y tu memoria. Aún así, a tu mente le cuesta comprender la vastedad de la Creación y sus innumerables niveles. Es limitada.

Ésta, la experiencia humana, es una experiencia de limitación. No estás en varios lugares al mismo tiempo, hay demoras entre lo que creas en tu mente y lo que realizas en el plano material, etc. Al estar en una dimensión física, te encuentras restringido por múltiples factores. El cuerpo es el más fuerte. La mente y las emociones también te determinan. El medio en el que vives es fuertemente condicionante: no es lo mismo desarrollarte en medio de una tribu de África que en Suiza o en Argentina o en Arabia Saudita; en una clase social baja o alta; con estudios o sin ellos. Tu familia te plantea determinados traumas, posibilidades, carencias.

La conclusión parece ser que no puedes todo. Es cierto. En esta encarnación, no puedes todo. Te propusiste determinados parámetros y los estás viviendo, porque ellos son los necesarios para lo que decidiste concretar aquí y ahora. Sólo te quedan dos posibilidades: o los desarrollas o renuncias. Si optas por lo primero, aprendes, te expandes, creas, movilizas tu potencial, juegas, creces. Por lo segundo, vegetas y mueres.

Entonces, ¿es mentira la máxima de la autoyuda: tú puedes todo? Sí. Y no. Tú puedes todo dentro de las condiciones que has elegido. Lo que constituye la esencia de tu experiencia en esta vida está disponible para ti en toda su extensión. Las situaciones o personas que atraviesan tu existencia tienen una resolución y un florecimiento en términos reales ahora mismo. Cualquier sueño que albergues en tu corazón es posible y está sólo limitado por ti mismo.

El afuera no te confina. Lo que consideras el mundo externo es una extensión de tu capacidad de atracción. Puedes atraer a tu vivencia únicamente lo que está en consonancia con tu vibración. Por lo tanto, lo que cambia el mundo externo es tu vibración interna: aquello que crees posible para ti. En la medida que corras tus fronteras, ampliarás lo que se te presenta.



Las limitaciones fueron puestas por ti mismo, para expandirlas, no para encerrarte en ellas. Fueron el notable desafío que decidiste encarar en este cuerpo. Es lo que te traerá abundancia, creatividad, alegría, amor, sabiduría, lo que desees. Moverte en esta delicada línea entre lo limitado y lo ilimitado es fascinante.

Como Humanidad, estamos empujando los márgenes de maneras prodigiosas y en poco tiempo. Tu Ser, tu espíritu es ilimitado. Tu encarnación, tu Ego es limitado. En esta preciosa combinación (que busca integración) radica la maravilla de estar ahí, leyendo esto, respirando, existiendo, en esta bella Tierra.

1 comentario:

Campanilla dijo...

Querida Laura, que maravilla lo que escribiste hoy... Me ayuda mucho, saber que en algún sentido, soy ilimitada. Ojalá lo sepa poner en práctica. Muchos besos preciosa.