viernes, 26 de octubre de 2012

Un poco de humor...

Hoy, desayuné con un amigo con  quien hacemos muchas bromas acerca de las cosas que pasan.  Me decía  de una charla con un amigo común, que tiene la costumbre de interrumpir constantemente hablando de sus propios temas.
- "Me ponía nervioso porque no me dejaba contarle mis problemas", me comenta, irónico, dándose cuenta de su necesidad de narrar sus padecimientos.
- "Le hubieras dicho: ¡Pará! ¡Dejame desarrollar mi neurosis!", le respondo.
Nos reímos hasta las lágrimas.


Escribiendo esto, recuerdo que hace mucho tiempo, cuando pasaba por una fuerte depresión, me juntaba a la noche con una vecina y amiga, que tampoco la estaba pasando bien.  Nos contábamos las desgracias del día y después las tomábamos en broma y nos reíamos muchísimo de las cosas que se nos ocurrían.  No sé cómo llegamos a esto, pero la verdad es que nos servía realmente.  Siempre tuve la costumbre de no juntarme para compartir infortunios y negatividades, pero se acentuó a partir de esa experiencia con ella.

En otros momentos muy difíciles, atesoraba reunirme con amigos para charlar distendidos, comiendo algo rico, tomando un buen vino y riendo de cualquier cosa.  Me recordaba que había cosas buenas, que la vida era maravillosa, que eso también pasaría.  Hoy, que aprendí a tomarme todo de otra forma y que fluye armoniosamente, sigo disfrutando intensamente de ponerle humor a las cosas, riendo con amigos.

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